lunes, 11 de enero de 2010

Lemon Tree.

Y se va.
Se va porque todos los que estamos aquí somos unos inútiles. No dejamos de hablar, porque aquí se puede hablar en voz alta, esto no es la biblioteca. Aún así, personas como yo nos sentimos tontas y culpables por molestar a gente como él que se ponen a estudiar donde no deben.
Los de atrás están leyendo lo que estoy escribiendo, lo sé porque yo misma estoy mirando las fotos del que está delante mía. Eso no es bueno, una vez más demuestra nuestra completa estupidez. Ahora el de delante está jugando a un juego en el que un coche da vueltas en un circuito con forma de "p" y los de atrás estarán esperando para pegarme en la puerta de la sala de ordenadores por insultarles y pensar de ellos que son personas con una vida vacía.
Otro que se va, corriendo. Llega tarde a clase.
No le encuentro sentido ni al juego de la "p" ni a la conversación de los de detrás.
Ha entrado otro y el de delante se ha levantado. Lo conozco. Me cae mal.
Comprendo al muchacho de las gafas que se fue pensando que todos eramos gilipollas.

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